Una cuestión de fe



Aquí hay una historia que creo que ilustra la fe perfectamente. Un equilibrista le demuestra a un grupo de espectadores que puede caminar a lo largo de una cuerda tendida a través de un cañón. Cuando regresa, le pregunta a los espectadores, “¿Creen que puedo caminar a lo largo de una cuerda?” “Sí”, le contestaron. Luego toma una carretilla y camina a lo largo de la cuerda, empujándola con cuidado al otro lado y de regreso. Cuando regresa, le pregunta al público encantado, “¿Creen que puedo caminar a lo largo de la cuerda mientras empujo la carretilla delante de mí?” “Sí”, le contestaron con entusiasmo cada vez mayor. Entonces mete a un amigo en la carretilla, y ante el asombro y la excitación de la multitud, lo transporta sin percances hasta el otro lado del cañón y lo trae de regreso a lo largo de la cuerda. El funámbulo le pregunta a la multitud, “¿Ahora a quién le gustaría meterse en la carretilla y permitirme que lo lleve al otro lado?” Nadie le contestó.

Para ver este video en YouTube, haz clic aquí.

Se han contado variaciones de esta historia para ilustrar la diferencia entre la creencia y la fe. Es una buena historia para este propósito, porque aunque yo podría haber visto a un funámbulo completar el viaje varias veces a través del cañón, hay una brecha entre mi observación y mi experiencia de la situación. Es esta brecha la que es tan fascinante. Es la brecha a la cual se refiere la gente cuando dice que se va ” por las ramas”. No puedo saber si voy a poder atravesar sin percances como el pasajero previo en la carretilla. Ésa es la brecha.

Creo que es saludable y sensato ser honesto acerca del elemento de lo desconocido. Podría decidir meterme en las carretillas de la vida, y al tomar esa decisión, podría estar temblando. Si me meto a la carretilla no estaré confiando en un Dios regional y primitivo, con preferencias personales, vengativo y celoso para que todo salga bien. No.

Si me caigo, no es porque la vida me ha rechazado o por qué era malo o porque no tenía fe. Si me caigo, es porque a veces la gente se cae. Hay un riesgo. Yo confío en la bondad de las personas que me ayudan a levantarme cuando me caigo. No confío en un Dios que es como un superintendente vigilando las cosas con un favoritismo aleatorio.

En todo caso, pienso en la Divinidad como la inteligencia que unifica a toda la existencia. La considero como el Todo que está presente en todas partes, en mí y en todas las personas. Estoy aprendiendo a ser más consciente de ello e inspirarme en ello para saber cuándo meterme en una carretilla y cuándo no. Tener ese tipo de relación requiere una conexión profunda.El Consejo de practicantes de los Centros para la Vida Espiritual nos recuerdan que el doctor Martin Luther King Junior dijo que “La fe es tomar el primer paso aún cuando no veas toda la escalera”, y que Khalil Gibran dijo, “La fe es un conocimiento dentro del corazón más allá de la pruebas”.Espero explorar la fe contigo este mes.

Bendiciones,
Re. Edward Viljoen
Líder espiritual, Centros para la Vida Espiritual


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Acknolwedgement

Entradas Populares