El contexto para el tema del mes de septiembre es este: Pasamos un tiempo durante el mes de agosto para descansar, rejuvenecer y prepararnos para la próxima fase de nuestro viaje hacia arriba y hacia delante. Nuestro ascenso comienza este mes a medida que ampliamos nuestra comprensión de nosotros mismos y de nuestro lugar en el universo, usando lo que aprendemos en la Ciencia de la Mente para superarnos mientras que a la vez nos beneficiamos de la sabiduría y de las experiencias que hemos vivido.
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Primera semana: Alcanzando lo más alto
Las preguntas a considerar para esta parte de nuestro viaje espiritual pueden incluir: ¿Cuáles son las ventajas de nuestro crecimiento personal como movimiento? ¿Cómo estamos ampliando la comprensión de nuestra enseñanza y cómo podemos incluir el bien colectivo del planeta a nuestros sueños y aspiraciones? ¿Cómo respondemos al llamado para ir más allá de lo personal hacia lo global?
Segunda semana: Trasciende e incluye
Un aspecto importante de nuestro viaje espiritual es aprender del pasado para que podamos continuar el viaje equipados con la comprensión y la sabiduría que nos conduce a seguir evolucionando.
Tercera semana: Cuando el camino se pone rocoso
El viaje espiritual nos puede llevar más allá de nuestras zonas de confort, y en ese viaje muchas veces nos enfrentamos con los desafíos de nuestras maneras antiguas de ser. La vida puede sentirse insegura, nuestro equilibrio inestable. ¿Cuáles son las verdades universales en las que podemos apoyarnos para ayudarnos a encontrar nuestro equilibrio y nuevos puntos de apoyo para esta fase de nuestro viaje evolutivo? Existe aquello dentro de nosotros que sigue llamándonos hacia delante y hacia arriba en nuestro viaje al despertar, que nos llama a una mayor comprensión de nosotros mismos, nuestra relación con el Ser, nuestro papel y propósito en la sociedad.
Cuarta semana: Y aun así me levanto
A pesar del malestar y los obstáculos, perseveramos y nos levantamos. Tal vez nos levantamos, no a pesar de nuestros desafíos y malestares, sino porque sabemos que hay un Poder para el Bien que nos responde y nos trae todo lo necesario para nuestro desenvolvimiento. Este Poder para el Bien utiliza cada aspecto de la experiencia humana, la alegría y el desafío, el placer y el dolor para guiarme a una consciencia y a un reconocimiento más profundo de Sí Mismo como yo. En Dios, nada se desperdicia. El poder del bien utiliza todas mis experiencias vividas permitiéndome ayudar a otros y a bendecir al mundo entero.
Nuestro agradecimiento a los contribuyentes de este mes.
Mis bendiciones para ti,
Rev. Edward Viljoen, Líder espiritual
Centros para la Vida Espiritual
