El regalo de ver la vida tal como es


En ocasiones, no puedo sentir el agradecimiento de inmediato
, y así que empiezo por ver la vida tal como es. Donald Altman, en su libro The Mindfullness Code, nos da este ejercicio: 

Primero, enfócate en lo que tienes en tu vida desde el mismo momento en que te despiertas por la mañana. Agradece la respiración, las mantas que te calientan, la ducha que te refresca y limpia hasta el despertador que te despierta. Ahora, encuentra algo que te recuerde la bondad ordinaria que puedas llevar contigo durante todo el día, como una foto de un ser querido, una piedra u otro objeto de un viaje memorable o una cita que te inspire. 

Cuando llego a ese sentimiento de agradecimiento, mi corazón se ablanda, mi mente se ralentiza, y me invade una sensación de asombro. Tengo ese sentimiento que imagino acompaña la frase “Oh, Dios mío”. Siento amor y respeto cuando veo la vida que me rodea en su delicado, frágil y fantástico misterio. Y de ahí me doy cuenta de que el aire no quiere nada a cambio. La manta no quiere nada. La taza es perfectamente una taza. Todo es lo que es. Perfecto. Entonces, puedo tratar de verme a mí mismo de la misma manera en que veo esa taza, la manta o la pared - con aceptación, respeto y amabilidad. Si estoy preocupado, por ejemplo, trato de mirar esa parte de mí que está preocupada con compasión bondadosa – sin rechazarla

Y luego, desde esta aceptación de la vida, surge una amable gratitud por ella sin ninguna razón en particular, salvo que la veo tal y como es. 

Conectar con ese sentimiento me ayuda a admitir que no siempre sé cómo saldrán las cosas. Me ayuda a aceptar que en este viaje puede haber tensión y lucha. Cuando reconozco que no sé todo y que soy impaciente, puedo relajarme un poco. Cuando me relajo un poco, me aferro un poco menos a las cosas. Cuando me aferro menos a las cosas, ocurren cosas increíbles que no puedo predecir ni planear. Es como si la vida está esperando que tome una respiración profunda y abra mi corazón agradecido, como si se abriera una ventana en una habitación mal ventilada, y me dejara respirar libremente. 

 Y es en este estado, cuando suelto el deseo de luchar contra de la vida, empiezo a darme cuenta cada vez más de lo que hay en la vida que he dado por sentado.

Bendiciones,

Edward Viljoen, líder espiritual
Centros para la Vida Espiritual

Acknolwedgement

Entradas Populares