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Cuando yo era más joven, decidí rechazar el mandato de los días festivos. ¿Por qué, me pregunté, debería permitir que una fecha dictara cuando doy un regalo o siento la emoción? No daba regalos por obligación o en una fecha impuesta como “la” fecha. En mi mente joven y rebelde, la celebración obligatoria negaba la motivación auténtica de dar o celebrar. Decidí que yo celebraría cada día como único y a cada persona como merecedora de ser honrada en cualquier día, sin importar el calendario.
Desde entonces, he moderado mi idealismo juvenil y he empezado a disfrutar cualquier ocasión para celebrar, apreciar y amar a otros. Los eventos que me negaba a reconocer en mi juventud ahora han cobrado vida mágicamente con más significado y corazón. Ahora me alegra enormemente celebrar fechas y personas oportunamente porque no me quiero perder ninguna oportunidad para expresar la bondad amorosa y el cariño.
Pero hay una idea de mi juventud con la que me he quedado, y esa idea es la de considerar cada día como una oportunidad sagrada para celebrar; especialmente en un mes como diciembre, donde hay tantos días sagrados de varias tradiciones espirituales. Me parece significante y apropiada la idea de que cada día merece ser honrado, aun aquellos días que no están marcados en nuestro calendario.
Resulta que podemos hacer que cada día sea significativo a través del poder mágico y espiritual de nuestra consciencia. Así es que si te has perdido algunas celebraciones, no es tarde. Puedes empezar hoy, comprometiéndote a que cada día sea magnifico.
Mis bendiciones para ti,
Rev. Edward Viljoen, Líder espiritual
Centros para la Vida Espiritual
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