Sin duda el próximo mes será muy emocionante e interesante, enfocado en alinear nuestra verdad más profunda y nuestros ideales más elevados con nuestras palabras, pensamientos, acciones y aspiraciones. Se trata de utilizar lo que hemos aprendido y seguir aprendiendo en la Ciencia de la Mente para expresarlo en el mundo. En este sentido, es una aventura, y lo aprenderemos en la primera semana. Una aventura incluye algo de riesgo porque estamos arriesgándonos al permitir que nuestra consciencia nos conduzca a una forma de ser más excelente. Supongo que, en ese sentido, no hay riesgo, no hay nada que temer, solo es la Divinidad a través de nosotros, como nosotros y en nosotros, respondiendo y expresándose. Entonces, tal vez la aventura para la primera semana es aprender a decirle “sí” a la vida como una experiencia integra y sagrada.
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En la segunda semana, nos enfocamos en el amor, no solo cualquier amor ordinario, sino el amor revolucionario, el amor que cambia cosas, el tipo de amor que motiva a una persona a obrar en beneficio de los demás, a prestar atención consciente a los asuntos del mundo con compasión, cariño y luego la acción , sobre todo, el amor interior revolucionario de nuestra consciencia cuando disuelve barreras entre nosotros y los demás.
La tercera semana nos invita a considerar y hablar acerca de lo que no queremos pensar o hablar. Una de mis responsabilidades es la de elaborar declaraciones acerca de temas sociales. Tengo el apoyo del Comité de Participación Motivado Espiritualmente y juntos creamos estas declaraciones. En marzo, acerca del Día Internacional de la Mujer, una declaración de solidaridad con las comunidades asiáticas y de las islas del pacífico, después el Día de la Tierra y en abril, una declaración acerca del veredicto de Chauvin, las emociones y el significado que resultaron, así como el trabajo que nos queda por delante como sociedad.
Lo menciono porque muchas veces en nuestras comunidades de nuevo pensamiento, las personas se preguntan qué tanto de este trabajo social y político nos debería preocupar. ¿Es espiritual? ¿Se sincroniza la justicia social con el nuevo pensamiento?
Cuando escribimos nuestra declaración para el Día de la Tierra, citamos a Wangari Maathai, una activista keniana socialista, ambientalista y política porque parece que ella enfrentó la misma pregunta: ¿qué es espiritual y qué es secular?
Aquí es lo que dijo: Nunca distinguí entre actividades que se podrían llamar espirituales y aquellas que se podrían denominar seculares… Llegué a reconocer que nuestros esfuerzos no solo se trataban de sembrar árboles, sino que también estábamos sembrando semillas de otra índole – las que son necesarias para darles a las comunidades la confianza y el conocimiento propios para redescubrir su voz auténtica y alzar la voz en apoyo de sus derechos humanos, ambientales, cívicos y políticos.
En otras palabras, en el nuevo pensamiento estamos sembrando semillas espirituales en todos los aspectos de nuestras vidas, cualesquiera que sean, y por eso es que decimos - todo es Dios. Luego, el tema de la cuarta semana es “Digamos sus nombres” y viene con esta descripción:
Muchas culturas honran a sus antepasados y aquellos que han fallecido. Como el 911 en los Estados Unidos, los edredones para el SIDA, el Día de los Muertos y las genealogías bíblicas son solo unos ejemplos. Nos dan la oportunidad de recordar, reflexionar y honrar a la Vida/Dios, así como se manifiesta en cada persona, y permite que su historia siga viviendo en nosotros.
Esta semana también es una oportunidad para que reconozcamos la violencia que se ha cometido debido al racismo, el sexismo, la homofobia, la otredad, la xenofobia, etc. y luego crear el espacio en nosotros para que una sanación poderosa se exprese a través de nuestra consciencia hacia la experiencia colectiva de la sociedad.
El mes concluye con un llamado a la acción -- vivir con audacia una nueva historia para mí, para ti y para todos. Examinar nuestras historias individuales y colectivas acerca del pasado que seguimos contando y recontando, y luego comprometernos a cambiar la narrativa. Vivir con audacia una nueva historia significa qué tenemos que renunciar a mucho de lo que nos hemos estado diciendo la mayor parte de nuestras vidas. Y si lo hacemos, ¿entonces quienes somos? Si renunciamos a todas nuestras fijaciones, creencias y el control de nuestras historias, ¿entonces quiénes somos? ¿Cómo creamos algo nuevo? Y tal vez no se trata tanto de vivir una nueva historia audaz, sino de recordar que la vida en nuestro interior sabe cómo vivir, crecer y amar.
Te dejo con esta frase del libro Este Algo Llamado Tú del Dr. Ernest Holmes. Esta es la historia de tu vida. Sigue tocando en la puerta de tu consciencia hasta que cada “no” se vuelva un “sí”, cada negación una afirmación, cada temor una fe.
Mis bendiciones,
Rev. Edward Viljone, líder espiritual
Centros para la Vida Espiritual
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