La amabilidad y la bondad en un mundo cruel

Les he preguntado a mis amigos por qué no se atreven a dar un paso que los lleve a realizar sus sueños. Algunos dicen que no se sienten capaces de hacerlo, y que a veces esto se debe a una herida, ya sea reciente o de hace mucho tiempo. Por ejemplo:

¿Alguna vez alguien te dijo que no valías nada y, de ser así, le creíste?

¿Acaso alguien te abandonó y te estás preguntando si esa será la norma de ahora en adelante en tus relaciones?

 ¿Acaso alguien te traicionó en el amor, y te sientes cauteloso con tu corazón?

¿Te despidieron del trabajo, y tienes incertidumbre acerca de tu futuro?

¿Acaso alguno de tus padres, un amigo o un ser amado te habló con rudeza, y aún sientes el dolor de sus palabras?

¿O te pasó algo mucho peor?

¿Tal vez hiciste algo de lo cual ahora te arrepientes, algo que no pudiste reparar y que ahora deseas haberlo reparado? Para mí, arriesgarse es darse una oportunidad en la vida, a pesar de todo. El riesgo no niega que estos eventos ocurrieron; sin embargo, damos el paso de todas maneras, si no lo damos con audacia al principio, entonces lo hacemos con timidez, pero lo hacemos de todas formas.

En este mes, estamos explorando nuestra habilidad innata para acceder y expresar la amabilidad, la bondad y la confianza. Es mi sueño que, a través de los servicios dominicales, te reencuentres con el enorme valor que vive en tu corazón.

Saludos cordiales, 

Edward Viljoen