Y luego, de repente, desaparece.
Un día, te sientes claro, centrado y seguro. Al siguiente, la duda se infiltra. La preocupación se apodera de ti. La conexión que antes parecía natural ahora se siente inalcanzable.
Nos sucede a todos.
Pero aquí está la verdad: perderlo no significa que esté perdido.
La naturaleza del flujo espiritual
La conciencia espiritual no es un estado constante e inquebrantable. Tiene altibajos. Así como el océano tiene mareas, nuestra conexión con las verdades más profundas de la vida se expande y se contrae de manera natural. La clave está en comprender que el flujo nunca desaparece; simplemente, lo perdemos de vista.
Por qué lo perdemos
La vida está llena de desafíos: estrés, decepciones, distracciones. Todo esto puede alejarnos de la conciencia de nuestra propia sabiduría interior. Sin embargo, el Poder Creativo de la Vida nunca nos abandona. Solo olvidamos mirar en su dirección.
Cómo encontrarlo de nuevo
• Reconoce el cambio – En lugar de resistirte o juzgarte, entiende que sentirse "desconectado" es parte de la experiencia humana.
• Vuelve a tu verdad interior – Más allá del ruido del miedo y la duda, hay una presencia constante dentro de ti. Encuéntrala a través de la quietud, la oración o la reflexión consciente.
• Confía en el proceso – Así como la claridad llegó a ti antes, volverá a llegar. El ritmo de conexión y desconexión es parte del camino, no una señal de fracaso.
No has perdido nada. El flujo sigue ahí, esperando a que regreses.
Bendiciones,
Dr. Edward Viljoen
Centro para la Vida Espiritual, Santa Rosa