Hay días en que la mente parece un cielo en calma, y otros en que se desatan tormentas. Pero recuerda: tú no eres el clima de tus pensamientos. No eres la ansiedad, ni el miedo, ni la historia que tu mente cuenta cuando todo se mueve. Eres ese espacio más profundo que puede observar, respirar y volver al centro.
En tiempos de caos interno, volver al centro es un acto radical de amor propio. Aquí te comparto dos pasos sencillos para soltar lo que no te sirve y regresar a ti:
Dos pasos para soltar pensamientos que duelen
1. Suelta con ternura. Háblate con suavidad. Di: “Este pensamiento no me define. Puedo dejarlo pasar.”
2. Relaja el cuerpo. Respira hondo. Tararea algo suave. Cierra los ojos unos segundos.
A veces, el cuerpo recuerda el camino a la calma cuando la mente lo ha olvidado.
Las palabras que usas también te cuidan
Lo que te dices importa. Las palabras pueden ser refugio o tormenta. Cambiar el lenguaje interno no es ignorar lo que sientes, sino traducirlo con compasión. Mira estos ejemplos:
• De: “Soy terrible en esto.”
A: “Estoy aprendiendo a hacerlo bien.”
• De: “A nadie le importa lo que digo.”
A: “Hoy no me sentí escuchado, y valoro profundamente la conexión.”
Cada frase es una semilla. Cambia las palabras y cambiará la forma en que te habitas.
La espiritualidad vive en lo pequeño
No hace falta un retiro en la montaña para reconectar contigo. A veces, basta una pausa. Una frase. Una respiración consciente.
Tu paz no está afuera. Ya vive en ti. Solo necesitas recordarla.